Ya sea que lo hagas en solitario o en compañía, el Camino de Santiago es una experiencia inolvidable: naturaleza, pueblos con encanto, senderismo, encontrarte contigo mismo, conocer gente nueva…
Sin embargo, lo cierto es que si lo haces en verano está muy masificado en las últimas etapas, y más si lo haces en un Año Xacobeo como este. Por ello, muchos recomiendan hacerlo en invierno para poder vivirlo de una manera más intensa y tranquila.
Alejado de la masificación del verano
Aunque a la mayoría de la gente le gusta hacer el Camino de Santiago en verano por el clima y porque es una época más típica de vacaciones y días libres, también hay quien opta por realizar esta peregrinación en invierno.
Uno de los principales motivos es que en invierno hay mucha menos gente, lo que hace que se pueda caminar más tranquilamente y reflexionar más fácilmente y siempre hay sitio en todos los alojamientos. Sin ir más lejos, en 2019, el último año antes de la pandemia, hubo un total de 348 000 peregrinos, de los cuales solo un 15 % lo hicieron en los meses de invierno. De hecho, algunos peregrinos que lo han realizado en esta estación dicen haber realizado etapas enteras sin haber visto ni una sola persona.
Además, durante esta época del año acuden al Camino de Santiago peregrinos de otros países que tienen periodos de vacaciones con fechas diferentes a la de los españoles. Algunos de los que más representantes tienen son Francia, Alemania, Estados Unidos o Corea del Sur.
Algunas adversidades
Eso sí, hay que tener en cuenta que hacer el Camino de Santiago en invierno tiene algunas dificultades que en otras épocas del año no existen. Por ejemplo, las bajas temperaturas son protagonistas a lo largo de toda la jornada y, en el caso de haber precipitaciones, pueden ser en forma de nieve.
Esto no solo significa que vaya a hacer más frío, sino que además en la mochila hay que meter ropa de abrigo, que ocupa mucho más espacio que unas camisetas en verano. Por ello, hay que ser muy estratégico a la hora de elegir la ropa que se va a llevar, ya que el peso de la mochila juega un papel fundamental en el desarrollo de las etapas.
Por otro lado, otra de las dificultades de hacer el Camino de Santiago en invierno es que, al ser temporada baja, hay menos establecimientos, bares y supermercados abiertos. Incluso en algunas ocasiones los albergues están cerrados por vacaciones después de las Navidades. En cualquier caso, todos los pueblos tratan de tener servicios mínimos para los peregrinos que caminan hacia Santiago en esta época del año.
Para terminar, solo nos queda decir que en ESAH seguimos trabajando para formar a los profesionales del turismo y la hostelería que atienden a los viajeros, ya sean peregrinos del Camino de Santiago o turistas en cualquier otra parte del mundo.
Nuestro objetivo es contribuir a mejorar el sector turístico y hostelero de nuestro país aportando profesionales con una formación de calidad.