Muchos de nuestros alumnos han comenzado en el sector de la hostelería porque han tenido contacto familiar.
Pero si acuden a nuestra escuela es porque son conscientes de la dificultad que es dirigir un negocio de hostelería para conseguir la mejor rentabilidad del negocio y poder llevar a cabo nuevos proyectos que mejoren y completen los servicios que se ofrecen.
Es el caso de Israel Fuentes, alumno del Máster en Dirección de Restaurantes de nuestra escuela ESAH, que a pesar de sus inicios en el negocio familiar y unos primeros estudios en hostelería consideró que seguir con su formación le facilitaría progresar en este sector.
>> Hola Israel, gracias por responder a la siguiente entrevista.
Es un placer poder compartir mis vivencias, carrera profesional y estudiantil con vosotros. Si a una sola persona le sirve para animarse o simplemente para plantear su formación académica y poder adquirir conocimientos para no quedarse estancado en su vida laboral sería para mí todo un logro.
>> Hemos comentado que comenzaste muy joven en el sector de la hostelería ayudando en el negocio familiar, ¿Qué recuerdas de esos comienzos? ¿Qué te enseñaron?
Efectivamente, con 14 años ya estaba de cara al público, fue mi primera experiencia y la recuerdo con una felicidad extrema.
Era un chiringuito en el paseo de mi querido pueblo, Laredo(Cantabria). Las dueñas eran mis abuelas, que después de todo el invierno en la fábrica desabollando anchoa, hacían la temporada de verano allí y vendían alrededor de 100 tortillas al día, unas auténticas heroínas.
Después de 17 años todavía hay clientes de esa época que me paran por la calle para decirme cuanto echan de menos esas tortillas y lo agusto que estaban tomando su martini en la terraza que teníamos. En ese tiempo como es normal no sabía que me iba a dedicar al sector de la restauración y me lo tomaba como un pasatiempo y sobre todo ganar algo de dinero para poder disfrutar el verano lo mejor posible.
Cuando analizo mi carrera profesional me doy cuenta de lo importante que fue esa primera toma de contacto con el trato con el cliente, la mayoría gente de edad avanzada que estaba de vacaciones con poder adquisitivo alto, el mismo perfil que las personas que he tenido que atender durante en el parador donde trabaje (salvando las distancias).
>> ¿Cuál ha sido tu experiencia académica y profesional previa a los estudios del máster en ESAH? ¿Qué destacarías de esos años?
En mi adolescencia, en el año 2010 con 20 años, no tenía muy claro que hacer y a que dedicarme. Tenía claro que al no haber hecho bachiller me tenía que centrar en alguna FP y opté por un grado medio de chapa y pintura en mi localidad en el mismo instituto que me vio crecer (Fuente Fresnedo), algo sencillo y que me abriera alguna puerta. Terminé esos estudios y no me veía trabajando toda mi vida en un taller, así que decidí no seguir por ese camino.
La mejor decisión que tomé en mi vida viene dada en 2012 cuando me aventuré a coger el camino de la restauración, un mundo en el que en mi juventud como comente anteriormente no me pillaba de nuevas, siempre con los perjuicios de que es una profesión sacrificada, debido a que somos los que trabajamos sirviendo a la gente que por lo general está de vacaciones o en su tiempo libre.
En esos dos años que estuve cursando la FP me di cuenta que ese era mi sitio, donde realmente estaba cómodo y donde me veía trabajando en un futuro. Fueron dos años en los que las actividades que hacíamos a diario fueron entendiendo la dinámica de la restauración. Mucho tiene que ver el boom de los restaurantes Michelin, con todos los programas televisivos que daban visibilidad a una profesión (ya sea cocina o sala). A día de hoy una de las cosas que más me entristece es que por lo general nadie quiera trabajar en hostelería, no sea su primera opción o simplemente se está de paso hasta encontrar “algo mejor”. Dio la casualidad que en el primer año vino al instituto un profesor nuevo, que por aquel tiempo era el jefe de cocina de un restaurante estrella michelin (El Serbal, en Santander) y fue la chispa que encendió la llama de mi pasión por todo lo relacionado con el servicio, con la gastronomía y con las ganas de sentirme parte de este mundo tan mágico.
Como esta profesión está en constante evolución, cualquier visita o viaje es bueno para seguir aprendiendo, de ahí que la visita a uno de ellos cuando estaba estudiando fue un empujón para que mis pensamientos se enfocará en “yo quiero ser quien haga que esos clientes que visitan esos lugares les haga sentir que han tenido un servicio de primera”. Es a día de hoy que cada vez que puedo hago una escapada a algún restaurante fino o no tanto(porque de bueno se aprende, pero de lo malo mas) y ya son una docena los restaurantes con estrella michelin que conozco, siempre pensando en el siguiente, con la idea de disfrutar de una bonita velada, pero observando cada detalle que ocurre en los mismos; como siempre digo, mentalidad esponja en la vida, absorber todo conocimiento para beneficio propio. Los reconocimientos llegan y a raíz de conocer gente y ser constante, me dieron la oportunidad dos años seguidos desde la gerencia del Diario Montañes(concretamente el suplemento dedicado a la restauración, Cantabria en la mesa) de ser parte del jurado del concurso Maitre Cantabria compartiendo mesas con los profesionales más destacados de la región.
>> ¿Por qué te decidiste a realizar el Máster en Dirección de Restaurantes?
Tras casi 6 años de trabajo como ayudante de camarero en el Parador de Limpias (Cantabria), unas opciones de seguir aprendiendo cada vez más reducidas y unas capacidades de progresar y ascender casi nulas, decidí hace año y medio que era el momento dar el paso hacia una mejor carrera profesional, y eso solo se consigue ampliando conocimientos. Siempre con el apoyo de mi familia, amigos y por supuesto mi novia, cogí el toro por los cuernos y me aventuré a tener un parón profesional para dedicarme única y exclusivamente a seguir estudiando y aprender esta profesión desde el lado más técnico. Por supuesto, para aprovechar el tiempo libre y poder viajar todo lo que mi economía me lo permita.
No vale de nada el querer o desear ni querer algo, si no va acompañado de una actitud de mejoría en la vida, por eso me decidí a cursar el máster en ESAH.
>> ¿Cómo ha sido la experiencia de estudiar online?
Excepcional. Yo soy un poco autodidacta y sabía que para mí era la mejor opción.
Sí que tenía escuelas presenciales cerca en las que poder cursar un máster de estas características, pero la flexibilidad que está dando la escuela no está a la altura de ninguna, por no hablar de los desplazamientos. Estudiar online es una opción más que viable.
Los temarios están muy bien escogidos y focalizados en lo realmente es necesario de cara a un futuro poder desarrollar los conocimientos adquiridos.
>> ¿Qué destacarías del estudio y de nuestra escuela?
La flexibilidad y el trato humano de todo el personal.
Siempre estaré eternamente agradecido a todos mis profesores (Nines, Iván, Maira, David, Antonio y Bárbara) por todo lo que me han ayudado para en un futuro poder ser un mejor profesional, por cómo han compartido sus conocimientos conmigo y han resuelto todas mis inquietudes y en general a toda la escuela. Por supuesto a mi tutora Gemma, que ha entendido desde el principio mi mentalidad y sobre todo mi forma de trabajar, dejándome a mi aire y confiando en mí para sacar el máster adelante, ayudandome en todo lo que ha estado en su mano;
A todos: ¡Muchísimas gracias!.
>> Vas a comenzar el periodo de prácticas, ¿Qué esperas de esta experiencia?
Sobre todo seguir aprendiendo y aprovechar al máximo todas las oportunidades que se me presenten, podría decir que amo mi trabajo y soy afortunado por ello, así que estoy deseando enfrentarme a nuevos retos.
Las últimas prácticas que hice después de la FP de restauración resultaron ser muy productivas, tanto fue así que nada más terminar estuve casi seis años trabajando en mi anterior puesto de trabajo, llegando incluso a conseguir un trabajo fijo que acabé declinando por querer seguir avanzando en mi carrera profesional.
Como decía el director de mi hotel al que tanto admiro y admiraré; nunca se deja de aprender, todo en esta vida es susceptible de mejora.
>> ¿Qué destacarías de ti como profesional? Seguro que tus clientes han podido trasladar su opinión en más de una ocasión.
Me considero un profesional amable y servicial, con un único objetivo: que los clientes vuelvan a mi lugar de trabajo, por mi servicio y mi atención.
Al final lo que hace que nos sintamos orgullosos de nuestro trabajo es la satisfacción de los clientes, que repitan, que estén deseando volver a vernos y que se acuerden del servicio que tuvieron cuando eligieron pisar el establecimiento del que soy parte, en este mundo en el que la competencia es desmesurada.
En mi caso, la mayor motivación que he tenido a lo largo de los años(y por eso me siento tremendamente afortunado), son las palabras que cada día me han dedicado los clientes, ya sea verbalmente, plasmandolo en comentarios en las redes sociales o de puño y letra en el libro de referencias a la entrada del hotel. Estos comentarios recibidos con humildad son un bálsamo de agua fresca en el oasis de la jornada laboral, pues hay que recordar que no todo es un camino de rosas, ni todos los clientes son igual de agradecidos con nuestro trabajo. Como en todos los trabajos lógicamente se sufre mucho más que se disfruta, pero los que nos dedicamos a la restauración sabemos que la exigencia es parte de nuestro día a día.
Una anécdota muy curiosa que siempre cuento a la gente nueva es que en un verano nos visitó una pareja tremendamente exigente, su comportamiento hacia mi y parte del personal en primera instancia fue tremendamente insolente. Yo en ningún momento perdí los estribos y a cada mala palabra o mal gesto contestaba con una mejor atención, con un mejor gesto, con una mayor sonrisa. Se dio la circunstancia de que al salir por la puerta del hotel, no pararon de elogiar mi servicio, llegando incluso a decir que era probablemente el mejor camarero que había conocido.
>> ¿Qué valoras tú más de un profesional de la hostelería?
El dinamismo y la capacidad de mimetizarse con el cliente y con sus necesidades. Por supuesto no todo es saber cómo llevar un plato, saber la carta de memoria o de dónde viene este ingrediente. Cada día y servicio es una nueva función, donde se abre el telón y se tiene un público exigente, el actor(en este caso personal cara al público) tiene que ser consciente de ello y adaptarse a las circunstancias que se le presentan por su bien y el de la empresa.
>> ¿Dónde te gustaría verte en unos años, profesionalmente hablando?
Con esta pregunta no puedo más que acordarme de Iván, mi profesor de RRHH y comunicación interna, pues es una de las que tuve que contestar en el ejercicio Feedback, el cual hice un video muy ilustrativo y porqué no decirlo, cómico, haciendo de entrevistador y entrevistado.
Me gustaría estar en un sitio en el cual sea feliz, disfrutando de mi trabajo y que tenga un buen ambiente, siempre por supuesto asumiendo las responsabilidades que me sean encomendadas. El puesto o la categoría creo que es algo que no hay que obsesionarse, simplemente hacer un buen trabajo diario y estar en constante mejora.
Y si, en unos años montar mi propio restaurante de vanguardia en mi localidad mientras soy profesor de hostelería sería lo máximo a lo que podría aspirar.
Muchas gracias, Israel
A vosotros. Es un placer que hayáis dado la oportunidad de recordar mi pasado, de donde vengo y hacia dónde me dirijo.
Quiero aprovechar ya que me habéis dado voz, de comentar que para todo el que pueda leer estas líneas y esté indeciso de dar el paso, que lo haga; que la zona de confort está muy bien pero hay que salirse de ella cuando llega el momento y que es necesario formarse para conseguir las metas, pues estas no llegan solas, sino con esfuerzo y dedicación.
#ESAH #CampusSEAS #NosReinventamosContigo