Cómo es la pastelería japonesa

Como parte importante de la cultura, la gastronomía define la esencia de los pueblos, y la pastelería es una rama destacada. La pastelería japonesa refleja muchas cosas de la idiosincrasia de la sociedad del país nipón, como su amor a la naturaleza, su gusto por la meticulosidad y el detalle y los sabores suaves. Motivos todos que hacen que esté triunfando y extendiéndose por todo el mundo.

Una pastelería estacional que presta atención al detalle

Como en el resto de su gastronomía, la pastelería japonesa se centra en el uso de los ingredientes estacionales. Emplean vegetales y frutos de cada estación y tienen muy en cuenta los colores que se relacionan con ellas. El amor a la belleza de la naturaleza y a la vida, y el hecho de que la mayor parte de los postres se elaboran con ingredientes vegetales, son sus principales características. Cada fecha señalada tiene sus dulces particulares asociados, lo que hace que sean más apreciados.

Podemos decir que a día de hoy existen dos ramas diferenciadas de la pastelería japonesa, la que sigue la tradición ancestral que elabora los dulces llamados  Wagashi y la que se ha adaptado más a los gustos occidentales, los Yogashi. Mientras en esta se emplea principalmente la harina de trigo en la tradicional suele usarse la harina de arroz.

Para el gusto occidental, la pastelería japonesa puede definirse por sus sabores suaves, el dulce es mucho menos marcado que en otros países. También son muy diferentes las texturas, en general, más suaves, ligeras y esponjosas, con un punto gomoso que nos puede sorprender.

Se trata de una pastelería que se presenta de una manera simple, sencilla, natural y que sin embargo, requiere de un trabajo minucioso y de una gran técnica para su desarrollo. Cada pequeño detalle se tiene en cuenta.

Los diferentes sabores de la pastelería japonesa

Si hablamos de los diferentes sabores, debemos mencionar los mochi, que están hechos con harina de arroz glutinoso y se rellenan con dulce de alubias, frutas o cremas. Los dorayaki que son tortitas que se rellenan de diferentes maneras. Los kurimanjyu, que se hacen con una masa cocida al horno a la que se da  forma de castaña y se rellenan con dulce de alubia blanca. Los Manju que en el exterior están  hechos de harina, polvo de arroz y alforfón, y tienen un relleno de an (pasta de judía azuki y azúcar).

Los nerikiri, son hermosas representaciones de flores y diferentes imágenes de temas  de la naturaleza hechas con pasta de alubias blancas y harina de arroz glutinoso. O los taiyaki término que literalmente se puede traducir como ‘besugo asado’. Se trata de un pastel japonés con forma de pez. El relleno más frecuente es la pasta de judías dulces, que se elabora a partir de judías azuki endulzadas. Otros rellenos habituales pueden ser la crema pastelera, el chocolate o el queso. Algunas tiendas venden incluso taiyaki con okonomiyaki, relleno de jiaozi o salchicha.

La pastelería japonesa es muy elaborada, con hermosas formas basadas en las flores, las plantas y los animales, perfecta para acompañar la ceremonia del té. Una pastelería que no puedes probar sin sacar antes la cámara de fotos pues se disfruta tanto por la vista como por el paladar.

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