En los últimos tiempos, el mundo de las comuniones se ha visto inmerso en muchos cambios, fruto del propio devenir de la Historia. De tal manera que el acto de la comunión en sí mismo considerado desde un punto de vista religioso ha traspasado los límites de la intimidad de una persona y de sus familiares hasta convertirse en la actualidad en una auténtica celebración social.
Si a esto le añadimos que las formas de agasajar a los invitados también han cambiado, el “evento” comunión puede dar mucho juego desde el punto de vista del protocolo.
Es conveniente hacer mención a una observación inicial que me parece oportuna realizar, ya que cuando hablo de la “evolución de la comunión” no me estoy refiriendo a lo que en su más íntima esencia es como sacramento de la Iglesia Católica, ya que este no ha cambiado en absoluto.
Evolución de la comunión como evento social
A mediados del siglo pasado, a una comunión sólo se invitaba a los familiares más cercanos e incluso a algún vecino muy allegado; a día de hoy, se invita a familiares, por supuesto, pero también a amigos de los padres y del niño o niña que la toma, con lo cual, también podemos percibir cómo ha cambiado la forma de agasajar, ya que si en otros tiempos el sacramento se recibía en la mañana y luego se ofrecía a los familiares un desayuno potente a base de chocolate, churros, picatostes y bizcochos, ahora esto ha dejado paso a un auténtico convite, como si de una boda se tratara.
Además de este cambio en las costumbres, podemos comprobar también cómo la evolución de la moda se ha hecho patente, incluso, me atrevería a decir, más para los niños que para las niñas.
Ya que si bien es cierto que el vestido blanco largo (con variedad de tejidos, adornos y estilos) sigue siendo un “must” como dicen por ahí, para las niñas.
Para vestir a los niños podemos ver más variedad, partiendo de un pantalón corto y una chaqueta “blazer” pasando por el clásico de marinero, podemos llegar a ver auténticos desfiles a las puertas de los templos en los que, entre otros, habrá sin duda, Almirantes, Capitanes de Fragata, etc, incluyendo el traje de Gala de la Guardia Civil que, según las fuentes investigadas, aumentó su demanda en más del 30 % para que los niños hicieran su Primera Comunión.
Etiqueta del evento
Yo siempre aconsejo o recomiendo que la ropa tiene que ser respetuosa, con la capacidad económica de los progenitores y que por supuesto no lo desvirtúe. Se trata en definitiva, al margen de ideologías religiosas, de un sacramento católico en el que muchas veces se pierde la perspectiva y se le quita relevancia a la celebración en sí misma.
Por lo que respecta a la etiqueta, incluyo algunas que serán válidas también para asistir a un bautizo:
Para las mujeres, lo primero, de largo no, pues es un acontecimiento de mañana. Si hay una comunión de tarde, vestido largo (de noche). Luego podemos inclinarnos también por un traje de chaqueta o bien una falda a combinar con un top o una camisa. Como complementos que den el toque final, se puede introducir un broche, una flor de tela en la solapa, un cinturón, un fajín entallado a la cintura, una gargantilla o un collar, por ejemplo.
Por lo que respecta al calzado, podemos optar por un zapato cerrado o semi-cerrado en vez de las sandalias porque tienen un tinte más festivo y medias en las piernas.
Por último, ni el bolso de diario de grandes dimensiones ni uno de boda, como por ejemplo una cartera o un bolso pequeño.
Para los hombres, un traje de chaqueta gris o azul marino siempre va bien, aunque por ser un mes muy cercano a la época estival, también se admitiría un beis siempre que el evento sea por la mañana.
El traje azul marino demanda zapato negro y el gris, marrón o burdeos, reservando los zapatos granates para el traje beis y por supuesto, el zapato siempre con cordones (con traje) y mejor suela de cuero, aunque si bien es cierto hay muchísimos varones que con traje calzan mocasín.
Respecto a la corbata, independientemente del tipo de nudo, su longitud no debe exceder la altura del cinturón (a la mitad de la hebilla) ni quedarse corta por encima de este.
La camisa de vestir no lleva bolsillo en el pecho ni botones en el cuello. Los puños podrán ser de doble ojal (para gemelos) o de puño normal, aunque últimamente ya se ven camisas de puño normal con doble ojal. Una camisa a rayas o a cuadros demanda corbata lisa y la lisa demandará corbata estampada.
Al final, el traje se ha de acomodar con el oficio o dignidad que se profesa, dando importancia a ese vestir de acuerdo con el momento.
Experto universitario en Protocolo, Ceremonial y Organización de Eventos por la Universidad Miguel Hernández de Elche y Escuela Internacional de Protocolo Madrid. Actualmente se dedica a la consultoría comercial, marketing vinícola y formación externa para restauración, hotelería y bodegas. Protocolo & Wine y participa en diferentes medios como divulgador sobre vino y protocolo. Docente de EstudiaHosteleria.com . Puedes consultar toda nuestra nuestra oferta formativa de cursos y másteres en nuestra web.
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