Al entrar en cualquier restaurante o cafetería, lo primero que percibimos es un equipo de personas atendiendo a la clientela que nos recibe y acomoda. Así empieza el ritual. Cualquier persona puede pensar que toda esta coreografía es una tarea simple que consiste en acarrear bandejas y platos de un lado a otro, pero no es tan simple.
Como ya hemos comentado en un post anterior, donde hemos descrito las características de un camarero. Sabemos que entre sus cualidades destaca el conocimiento del local y su oferta. Así como ser un buen gestor del tiempo y sus “paseos” durante el servicio. Y por supuesto la entrega con el cliente para ofrecer un trato respetuoso, amable y profesional.
En la vorágine de un servicio, donde podemos ver el ir y venir de platos, colocación de mesas y comensales como todo espectáculo, necesita un director de escena. Y aquí es donde aparece la figura del maître.
La principal diferencia es que el maître no es un camarero más que dirige al equipo sino es el que tiene la visión de conjunto sobre el lugar, el que supervisa hasta el último detalle y previene las incidencias antes de que sucedan evitando que repercutan en el buen funcionamiento del servicio
A diferencia del camarero, que tiene a cargo su rango de mesas y posibles ayudantes, el maître debe ser capaz de dirigir a todo equipo. Es decir, llevar el control de todos los salones y rangos, saber perfectamente a qué camarero se deja al mando de un rango y por qué. Por supuesto todo ello en función de las habilidades y recursos de cada persona del equipo de trabajo.
En este sentido, entra en juego la capacidad del Maître para comunicar órdenes de ejecución, de carácter inmediato o desarrollo durante el servicio. Siempre de manera correcta, oportuna y con la humildad que el cargo requiere. Ya que así crea un buen ambiente de trabajo que facilita las relaciones entre las personas y genera una sinergia de equipo.
El maître además de recibirnos, es el encargado de tomar la comanda, por ello debe tener talento para vender una experiencia gastronómica que haga que el cliente se sienta especial. Por ello conoce bien todo lo que engloba la carta
El camarero se ocupa que todas las mesas a su cargo estén bien atendidas, el maître tiene que ir un paso más allá pues se anticipa a las necesidades del cliente.
Finalmente es importante que el maître tenga unas buenas capacidades de gestión, pues maneja escandallos, de este modo participa activamente en el control de costes, stocks e insumos, ayudando a gestionar adecuadamente los gastos.
Ambos son la cara visible de nuestro establecimiento y llevan la responsabilidad de generar una venta correcta. Pero el Maître en definitiva, es “el relaciones públicas del lugar”, por lo tanto de su comportamiento y profesionalidad dependerá que todo funcione correctamente. El mejor plato se puede arruinar si no va acompañado de elegancia y esmero.
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Grado Superior Escuela de Hostelería y Turismo Casa de campo de Madrid. Grado medio Comercio y Marketing, IES África de Fuenlabrada. Curso de Dirección y Gestión de restaurantes. Grupo Lezama, Madrid. Actualmente 2º Maître Café de Oriente. Anteriormente 2º Maître Botillería Café de Oriente y Gerente del Restaurante Hotel Preciados. Visita EstudiaHosteleria.com para consultar nuestra oferta formativa de cursos y másteres. Formación profesional para el empleo de calidad y accesible para todos.
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