¡Qué 2020 y 2021 más atípico! Ni en la más atrevida película de Tarantino o Tim Burton se podría haber plasmado una situación de pandemia tan realista como la que llevamos viviendo los dos últimos años.
Tres meses encerrados en casa ha hecho que los convivientes se conozcan más (y haya un repunte de demandas de divorcio), que las personas de la tercera edad aprendan a hacer videollamadas para asegurarse de que su descendencia se alimente lo suficiente y todos nos creamos maestros pasteleros, haciendo que la levadura se agote en los supermercados.
Después de la “prisión preventiva revisable” llegó la nueva normalidad, que al igual que las mareas, trajo consigo la segunda, tercera, cuarta y quinta ola hasta el momento. Y con cada una de ellas aumentaron y disminuyeron las restricciones por medidas sanitarias impuestas por comunidad autónoma y el gobierno central. ¿Qué pasa entonces con el turismo?
En el verano del 2020, aunque con cierto respeto, intentamos hacer el amago de volver a viajar, proliferando los viajes express (ya que no sabías cuántas vacaciones te daría tu empresa o, si seguías en ERTE, cuándo te llamarían para reincorporarte) y buscando la mayor flexibilidad de cancelación y cambios de fecha en los establecimientos hoteleros.
¿Qué pasó entonces? Banderín rojo para España por ser demasiado cariñosos. Muchos países calificaron a España como destino turístico peligroso y aconsejaron a los alemanes, británicos y demás turistas que nos “hacían el agosto” que no vinieran, al igual que nos insinuaban que no éramos bien recibidos en sus dominios. Citando a Mecano: “Que si eres spanish ni un vaso con soda”.
¿Y entonces? Toca reinventarse. ¿Quieres salir de vacaciones? Ve a un sitio cerca de tu casa, evita los transportes públicos, si duermes fuera no olvides la mascarilla en las zonas comunes y estate bien atento a la televisión y redes sociales, no sea que haya un rebrote y se restrinja la movilidad. “Dicen que el Alcazaba de Badajoz está precioso en esta época del año”.
Descartando los viajes internacionales por el “banderín rojo” y porque los bolsillos españoles no son lo que eran, actualmente las cuatro tendencias top en España “Covid care tourism” son:
Turismo local
Destinos cercanos al domicilio a los que poder desplazarte con el vehículo propio. Estancias cortas y de carácter familiar en las que se valora mucho las medidas de limpieza e higiene de los establecimientos hoteleros. También se busca gran flexibilidad en cancelaciones y cambios de fecha, lo que es una pequeña pesadilla para los hoteleros ya que es prácticamente imposible hacer una previsión de personal y suministros para cada semana. ¿Y si se acaba el pan de molde? Un punto menos en TripAdvisor.
Slow travel
Priorizar el descanso sobre el turismo activo. Buscar espacios poco masificados, lo que podría encajar con el turismo rural y de naturaleza (Teruel existe).
Alquilar una casa rural con piscina, moverte en bicicleta hasta el pueblo para hacer la compra y hacer rutas de senderismo, cogiendo espárragos y persiguiendo conejos. Bueno para el bolsillo, bueno contra el Covid, bueno para la economía local y bueno para bajar esos kilitos de más.
Se puede resumir como “el disfrute de las pequeñas cosas”: interesarse por la gastronomía local, atención y concienciación a la naturaleza que te rodea, aprender las tradiciones locales y su folclore; y fomentar el turismo cultural y de calidad.
Turismo Bleisure
Combinación de las palabras “business” y “leisure”. Se refiere a la búsqueda de destinos que los que se pueda combinar tiempo de trabajo y tiempo de ocio.
Por ejemplo, dedicar la mañana a trabajar desde tu portátil y por la tarde disfrutar de la gastronomía, la cultura y actividades recreativas en tu entorno. Los viajeros que optan por este tipo de turismo suelen ser estancias de por lo menos una semana y prefieren alquilar un inmueble para reducir la interacción con otras personas. En resumen: estar de vacaciones sin estar de vacaciones.
Nómadas digitales
Gracias al auge del teletrabajo durante la pandemia, España se está poniendo a la altura del resto de países europeos en cuanto a esta tendencia, que no es más ni menos que establecerse en una ciudad o país durante una temporada para conocer su cultura, costumbres y atractivos turísticos.
Si trabajas en el departamento de administración de una empresa y desde la pandemia te permiten hacer teletrabajo, ¿qué te impide hacerlo desde Milán? ¿Y el año que viene desde Nueva York? En México ya existen comunidades enfocadas a promover este estilo de vida, como el proyecto “Nomad district”.
Estas son las cuatro tendencias que marcaron el 2020, que están marcando el 2021 y que, en mi opinión, marcarán el 2022.
Un turismo de proximidad (bueno para los bolsillos de los hosteleros españoles), de calidad (bueno para tu salud mental), familiar (ahí hay opiniones encontradas) y priorizando la flexibilidad. Los destinos internacionales tendrán que esperar a los españoles, de momento.
Autora: Verónica Prades Pons | Alumna de ESAH
ESAH, Estudios Superiores Abiertos de Hostelería es la escuela de restauración y turismo online de referencia a nivel internacional de La Escuela de Hostelería de Sevilla, el Grupo Lezama, y SEAS, Estudios Superiores Abiertos (Grupo San Valero). Visita EstudiaHosteleria.com para consultar nuestra oferta formativa de cursos y másters. Formación profesional para el empleo de calidad y accesible para todos.
No hay comentarios