Sin duda, uno se los trabajos con mayores ofertas en el sector del turismo y la hostelería es el de camarero. En principio, si hablamos del perfil de un camarero profesional,  puede parecer que no se requiere mayor formación en el hecho de transportar platos o servir bebidas. Pero en verdad se trata de un trabajo que requiere formación y entrega.

La típica frase de “cualquiera vale para ser camarero” no hace justicia al esfuerzo y gran trabajo cualificado que cada día desarrolla un buen número de profesionales en el sector, como ya avanzaba el Maître de la Taberna del Alabardero de Sevilla y  profesor de ESAH Antonio Suárez en su artículo ‘Reflexión de un camarero’.

Si bien es cierto que muchos camareros han forjado su profesión en la experiencia del día a día, hoy juega un papel fundamental en la contratación y promoción contar con una formación que avale los conocimientos básicos para desarrollar con el trabajo con rapidez, eficacia y por supuesto profesionalidad.

El perfil de un camarero profesional requiere unas cualidades muy concretas que van desde unas buenas habilidades de comunicación y trato al cliente hasta el pleno conocimiento de la oferta del local.

Repasamos los conocimientos y cualidades que corresponden al ideal del perfil da un camarero profesional.

El perfil de un camarero profesional

• Buen trato al cliente

Este aspecto involucra directamente el carácter personal del camarero, se puede ser más simpático o más serio, pero también se ponen en juego las habilidades de comunicación. Para escuchar con atención los pedidos de los clientes y comunicar oportunamente algunas sugerencias o recomendaciones de manera que el cliente se sienta bien aconsejado con un trato cercano y personalizado.

• Tener clara la distribución de las mesas y rangos

Esto facilita enormemente el trabajo. La distribución de las mesas por rangos supone una asignación de mesas a su cargo. Tenerlo claro facilita la gestión de los pedidos y organización del personal.

• Conocimiento de la oferta del local

Puede parecer sencillo o incluso ilógico que no se conozca lo que se vende. Pero a más de uno nos habrá sucedido en una experiencia como clientes, solicitar una bebida y a los 5 minutos vuelve el camarero para decirnos que no la tienen.

Para ello, es necesario que el profesional esté involucrado en la reposición de bebidas, control de la cristalería, en general todo lo que requiere la mise en place. Para tener en mente de lo que se dispone para el servicio del día.

• Lidiar con situaciones estresantes

Además que debe tener un mapa mental del local y las mesas a su cargo. El camarero se encontrará con momentos en los que llegue una gran cantidad de comensales al mismo tiempo o incluso algún cliente exigente. Para ello debe priorizar, conservar la seguridad y confiar en el equipo de trabajo, que le ayudará a que se sirvan los pedidos en tiempo y forma de la manera más diligente posible.

• Buena memoria

Al tomar una comanda es necesario quedarse no solo con la orden de bebidas o comida solicitada por los clientes. También por supuesto el número de la mesa, número de comensales y para un servicio óptimo y profesional, tener claro quién ha pedido cada cosa.  Por supuesto una herramienta básica para conseguirlo, se apoyará en las anotaciones oportunas en la comanda.

• Adecuada gestión de recursos y tiempo

Es muy importante tener una buena gestión del tiempo para solicitar los platos a cocina en tiempo y forma para evitar prolongadas esperas a los comensales.

Si tenemos todas las mesas ocupadas, llevar al menos dos comandas a la vez a surtir a la barra y controlar el orden en que se solicitan los pedidos a la cocina. Todo ello con la finalidad de aprovechar al máximo los “paseos” a la barra y no ocasionar un atasco de pedidos en cada departamento.

• Hacer buen uso de la educación

Además del carácter que hemos mencionado en el primer punto. Tiene mucho que ver el conseguir la satisfacción de los clientes, si el camarero proporciona el servicio con un trato amable con simpatía, pero siempre guardando las formas de trato a los clientes y por supuesto un saber estar aún en las situaciones de estrés que se pueden producir durante un servicio.

• Constante formación

El sector hostelero cambia al ritmo de la vida. Pasamos de servicios slowfood a fastfood y viceversa en un abrir y cerrar de ojos. Se introducen nuevas tendencias de servicio a la vista del cliente o se fomenta el conocimiento pleno de los platos que se ofertan y su composición.

Un camarero profesional formado, aporta a su perfil los conocimientos para adaptarse a cualquier establecimiento, independientemente de su funcionamiento o tamaño, así como le aporta la capacidad para conocer otros departamentos y funciones que le ayudarán a desarrollar las suyas propias manteniendo una cohesión. Conocimientos que le permitirán ir ‘más allá’ de sus funciones.

De Camarero a Maître

Un camarero profesional bien formado puede alcanzar puestos de mayor responsabilidad como segundo Maître o Maître. Aquí explicamos bien la diferencia entre ambos. Para ello, además de todas las características mencionas anteriormente, deberá tener conocimientos en organización y gestión del personal, organización de eventos, conocimientos administrativos para la adecuada gestión económica del restaurante o bar y por supuesto mayor formación en prácticamente todo tipo de bebidas.

Ni que decir de estar en constante formación en cuanto a vinos se refiere o incluso contar con nociones de coctelería, dan más puntos para optar a promocionar y conseguir un mejor puesto laboral.  Sin olvidar la formación en idiomas, que podrá decantar la balanza a nuestro favor en posibles entrevistas de trabajo, sobre todo en lugares turísticos.

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