Atraer turistas con bienes de interés cultural

Hace años que el turismo de bienes de interés cultural ha dejado de ser un nicho dedicado a determinadas élites para pasar a formar parte del mercado de turismo de masas. Tampoco podemos perder de vista el enorme patrimonio cultural y artístico que se puede disfrutar en España. De hecho, somos el tercer país, tras Italia y China, con mayor número de bienes declarados Patrimonio de la Humanidad (48).

Eso significa que somos un país receptor de turismo internacional. Podemos comenzar definiendo los bienes de interés cultural como “todos aquellos bienes materiales e inmateriales que resultan relevantes como manifestación artística, científica o literaria por su valor estético, histórico o intelectual”.

Estos bienes pueden ser inmuebles como los monumentos históricos, los jardines, las zonas arqueológicas, etc. Los bienes muebles son aquellos que se pueden mover de su lugar de origen, pueden ser cuadros, reliquias, etc. Aunque la mayoría de las veces su valor está también en relación con el espacio físico en el que se encuentran. Por último, podemos hablar de los bienes inmateriales, como por ejemplo algunas fiestas, bailes o expresiones artísticas.

Los bienes de interés cultural se utilizan como recurso para atraer a turistas de otros países. Pero lo cierto es que la oferta debe completarse con otro tipo de elementos que hagan más apetecible el destino turístico.

Por supuesto, las políticas y estrategias gubernamentales, tanto nacionales como regionales y locales ayudan a posicionar los diferentes destinos turísticos. La propuestas pueden surgir tanto del ámbito público como privado y su cometido debe ser el de atraer turistas.

Se deben buscar experiencias turísticas completas

En este sentido se habla de experiencias turísticas, es decir, la suma de los bienes culturales y los valores añadidos. Las experiencias tienen que tener un impacto emocional, de modo que apelen a los sentimientos de quien los vive, y conformen una experiencia memorable.

No debemos perder de vista que el turista de los bienes culturales contribuye a la desestacionalización del fenómeno turístico. Algo muy importante en nuestro país que busca también atraer a otro tipo de turistas además de los que llegan los meses de verano buscando zonas de sol y playa.

Pero, no debemos perder de vista que el turista cultural también demandan el cuidado del patrimonio. Las políticas deben enfocarse en crear ofertas que animen a los viajeros a disfrutar del bien turístico en sí, pero que le lleven también a conocer la zona y  el resto de atractivos turísticos que tiene a su disposición. Muchas veces este tipo de público gusta también de disfrutar de la gastronomía, los festivales, los entornos cinematográficos o científicos de la zona que visita.

Hoy en día, existen muchos medios de dar a conocer y de poner en valor este tipo de bienes, desde los folletos que se reparten en las oficinas de turismo, hasta páginas web específicas, pasando por las estrategias que permiten crear las redes sociales. La digitalización que permite mostrar de manera virtual los bienes culturales es otra de las tendencias que potencia el sector. Se puede hacer una promoción individual de casa espacio, pero también aunar para promocionar de manera colectiva, por ejemplo creando rutas, diferentes lugares considerados Patrimonio Mundial.

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