El vermut, como todos los clásicos, nunca muere. Esta bebida, que normalmente se sirve en el aperitivo, está viviendo una nueva época dorada. Podemos decir que el vermut está de moda en bares y restaurantes y en nuestros hogares.
Historia del Vermut
Para buscar el origen del vermut, ni los historiadores se ponen de acuerdo. Hay quien defiende que surge en Egipto, mientras otros expertos fechan su aparición en la antigua Grecia, donde ya maceraban vino con distintas hierbas aromáticas. Pero el vermut moderno tiene su casa en Italia. En 1786, Antonio Benedetto Carpano combinó vino moscatel con distintas hierbas y especias. La tienda de vinos de Carpano estaba muy cerca del Palacio Real y el rey Víctor Amadeo III comenzó a tomar esta nueva bebida con el consiguiente éxito entre la alta sociedad. La marca continúa siendo una de las favoritas en Italia. En España, Reus se convirtió en la capital de la producción de esta bebida en el año 1892 y de ahí se fue expandiendo por el resto del país. También existen datos de la aparición de una de las primeras recetas originales en Moguer.
Cómo se hace el vermut
El vermut es una bebida alcohólica de entre 16 y 21 grados surgida de mezclar vino con distintos botánicos previamente macerados en una solución alcohólica para extraer todos sus aroma. El vermut llamado rojo o negro toma su color del caramelo que se usa para endulzarlo. Entre los ingredientes más habituales están el ajenjo, el anís estrellado, enebro, canela o lúpulo entre muchos otros.
Una de las características que aportan encanto al vermut es que cada productor tiene una receta secreta en la que combina amargor, aromas y grado de dulzor para crear una bebida única. En cuanto al tipo de vino, lo más habitual es usar blancos obtenidos de variedades de uva como la moscatel, airén o garnata, entre otras. También se elaboran vermuts usando vinos rosados o tintos. Lo importante es que el vino suponga el 75 por ciento del vermut.
Cómo preparar el vermut
La hora del vermut es una costumbre que nos sirve para socializar y abrir el apetito. Hay que tomarlo en vaso ancho, frío y acompañado de una rodaja de limón para el vermut blanco o de naranja para el rojo. Además del toque cítrico, hay quien lo prefiere con un chorro de sifón o con una aceituna.
La buena costumbre hace indispensable tomar el vermut con una tapa o aperitivo. Son especialmente buena compañía los productos salados, como patatas fritas o anchoas o ácidos, como mejillones en escabeche, piparras y boquerones en vinagre.
También en la cocina
El vermut también puede darnos excelentes resultados en la cocina. Como base para salsas dará un toque distinto y sabroso a recetas de pescados, pastas o carnes como el pollo o el cerdo. También el mundo de la coctelería tiene recetas clásicas con vermut, como el Negroni, el Dry Martini o el Marianito, típico del País Vasco.
Por tanto, no se trata de un producto elaborado con vino de baja calidad. En España, principalmente en Cataluña —donde hay gran tradición—, existen bodegas que elaboran excelentes vermuts, creados por enólogos con amplio conocimiento en botánicos y bebidas espirituosas. En definitiva, el vermut se ha reivindicado como una bebida de calidad con la que disfrutar del aperitivo.
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