Hoy en día, comer langosta es un sinónimo de comer lujo. Pero como los tiempos cambian también lo hace la concepción que se tiene de los alimentos y esto no fue siempre así. Y es que la langosta pasó de ser una comida de pobres a estar destinada a las mesas de los más ricos.
En la actualidad, la abundancia de langostas en el norte de América, está consiguiendo que este producto pueda encontrarse en restaurantes que hace solo unos años no se lo podían permitir. El editor de The Groucer le explicaba en una entrevista a la BBC que la langosta “se está democratizando”.
La explicación del aumento de las langostas está según parece en el cambio climático que ha hecho subir la temperatura del mar. A lo que hay que sumar la reducción de uno de sus depredadores naturales por la pesca intensiva, el bacalao.
Hace un siglo se consideraba que las langostas eran comida para pobres
Una situación semejante ya se dio hace aproximadamente un siglo. Las langostas eran muy abundantes cuando los europeos llegaron a Norteamérica y se establecieron como colonos, especialmente en las costas del lado Atlántico de Canadá y Nueva Inglaterra. Era tal su abundancia que los pescadores las consideraban un estorbo. Los colonos las utilizaban para dar de comer a los cerdos y las vacas.
Eran consideradas como una comida de pobres, así que también eran un alimento destinado a los presos ya a los niños huérfanos o de familias sin recursos.
Pero en el s. XIX se produjo un cambio de tendencia en el que tuvieron mucho que ver el desarrollo del ferrocarril de las conservas de alimentos en lata. La primera fábrica de enlatados en los EEUU se estableció en 1841 en Maine, y la langosta fue uno de los productos que comercializaron. Eso hizo posible que los habitantes del centro del país pudiesen comer langosta.
Sin embargo, fueron los turistas que comenzaron a visitar los EEUU los que comenzaron a elevar el estatus de la langosta como alimento. Al probarla sin prejuicios les parecía un alimento exquisito, así que los restaurantes empezaron a servirla. Con la llegada de la refrigeración fue posible enviarla a países de Europa. En los locos años 20, el precio de la langosta ya había alcanzado su cima.
En los años 50, los actores de Hollywood ya consumían la langosta como manjar. Y así ha seguido siendo hasta el día de hoy.
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