De tónicas y ginebras

Breve historia de la Quina

El quino es un árbol de origen americano, se denomina también quina y en Perú hay 17 variedades, pero la que contiene más alcaloides es la chinchona “officinalis”. Los jesuitas lo dieron a conocer en Europa y los holandeses la plantaron en la isla de Java (actual Indonesia).

Los indígenas americanos ya la conocían antes de llegar los descubridores. Si observamos el escudo del Perú veremos que en el mismo aparece este árbol. Le llamaban también el árbol de la fiebre por sus propiedades terapéuticas contra la misma.

Fue en la farmacopea londinense donde se reconoció la quina como sustancia para combatir ciertas enfermedades, se le conoce con el nombre de “cortex peruana”. Un boticario inglés curó al rey Carlos II.

El polvo de quina entre otras propiedades estimula el apetito y resulta digestivo.

La Tónica, un Refresco con Historia

La tónica es una bebida con larga tradición. Aparece en las farmacias y paulatinamente se extiende su consumo como bebida para saciar la sed. Una de sus características es su peculiar sabor amargo. En nuestro país se popularizo a partir de los años sesenta.

Comenzó a autorizarse con fines curativos. El joven empresario y joyero Johann Jacob Schweppe (1740 – 1821) desarrolló la fabricación industrial de los refrescos con carbónico. Posteriormente elaboró una bebida gaseosa con sabor y con un ingrediente llamado quinina: así descubrió la tónica (1783).

A finales del siglo XIX, en tiempos del Imperio Británico, los soldados ingleses que viajaban a la india combatían en este país la malaria y otras fiebres ingiriendo quinina mezclada con limón y soda. En este mismo siglo el consumo se hizo cada vez más habitual en toda Europa. En nuestro país se popularizó en la década de los sesenta.  En aquella época el mercado estaba dominado por refrescos dulces como la cola, la naranja o la gaseosa. La tónica se presentaba como una original propuesta.   

Momentos “Tónicos”

Sola o mezclada con otras bebidas mantiene un amplio número de consumidores. Su característica amarga se consigue gracias al sulfato de quinina, ingrediente que se extrae del árbol del quino.

Personalmente la suelo tomar como aperitivo, ya que sus propiedades abren el apetito.  Me gusta con frutos secos, aceitunas aliñadas, ahumados, huevas de pescado, sardinas picantes, escabeches, tomates al horno con queso y frituras de pescado.

La tónica es muy valorada en la coctelería, ya que sus toques amargos combinan muy bien con frutas dulces como el melón, la sandia y el plátano).  Su contenido en quinina logra gran equilibrio y contrasta con todos estos sabores.

Particularmente me parece la tónica muy versátil a la hora de combinar con diferentes destilados y en compañía de distintos platos.  

NOTA DE CATA: de las buenas tónicas

 Suelen ser incoloras, de aspecto cristalino y algunas se tornan azuladas bajo la luz de neón.

 En nariz destacan por su franqueza, por sus recuerdos a la corteza de lima de Tahití (limón persa), por las notas de grosellas maduras y el caramelo de frambuesa.

En el paladar son ligeras, sutiles, fragantes y con las burbujas muy finas y bien integradas.

Al final dejan un grato recuerdo cítrico y balsámico muy agradable.

  No suelen ser empalagosas, ya que tienen el amargo y la acidez muy bien conjuntada.

Quiero resaltar el escaso contenido de azúcar las finas burbujas y el equilibrio de los diferentes bloques gustativos que atesoran

Degustación de algunas ginebras con tónica.

Beefeater Clásica:

Esta ginebra es una clara representación de los tipos “London Dry Gin”.  La combinación con la tónica le añade a esta aromática ginebra notas cítricas que potencian de por si los toques de limones y naranjas de Sevilla que posee esta marca. El gintonic en el paladar resulta equilibrado, refrescante, vivaz y con un final muy sabroso y aromático.

Hendrick’s

Esta ginebra es una de las más originales del mercado, por su infusión con esencia de pepino y rosas. Las notas cítricas y florales con toques de monte bajo y pino se funden en el gin tonic por la fragancia cítrica y de frutos rojos que tienen algunas tónicas. En boca destaca la finura, el equilibrio y los finos aromas del componente floral de esta ginebra, resultando un combinado muy agradable   y refrescante.

London Gin

Esta original ginebra es la única que posee un atractivo color azul turquesa. En nariz es fina, elegante, con recuerdos de hierbas balsámicas de enebro y con notas de piel de naranja y limón, acompasada con recuerdos florales y espaciados. Boca suave, nada calida, a pesar de su elevada graduación. Destaca por su finura, su equilibrio y por un delicado final cítrico

 La combinación con tónica resulta muy fina en nariz y solemos encontrar: recuerdos de enebro, toques cítricos, ligeros ecos de flores y especias dulces. En la boca es muy refrescante, muy sabrosa y agradable de beber.

Bombay Sapphire

La complejidad de los 10 botánicos de esta ginebra, se encuentran sutilmente potenciados por los aromas de la tónica. En boca, la combinación, resulta suave ligera, fresca y balsámica. Muy agradable de beber, ya que las burbujas de la tónica se integran muy bien en el conjunto y provocan un tacto muy placentero.

Citadelle

Se ha convertido en una de las   de alta gama. De nariz compleja por sus notas cítricas, de enebro y especia., destaca por su suavidad en boca, por su viveza, equilibrio y por un final muy persistente y sutilmente especiado.

El gin tonic resulta delicado en nariz y en boca es refrescante, de tacto suave y nada secante. Muy desenfadado de tomar.

Martin Miller

Es una ginebra con gran equilibrio de notas dulces, florales y especiadas. En la boca hay sabores cítricos, balsámicos y al final es muy persistente y agradable, con ecos de frutas maduras dulces.

Combinación: Es un resultado complejo, ya que la tónica se combina muy bien con los cítricos, los amargos y los perfumes de esta ginebra. Fragante nariz, que se abre en un abanico de recuerdos a lima, a lavanda y hacia ligerísimos ecos balsámicos. En boca destaca por su proporcionada sequedad, por su carácter cítrico y por la suavidad.