Con el cambio de estación y tiempo, llegan esos días que todavía apetece comer alimentos frescos pero ya no tan fríos. Para todos estos momentos en los que apetece comer una ensalada templada, hemos creado en el blog de ESAH esta guía con los mejores trucos a la hora de preparar su elaboración.
Las ensaladas templadas más comunes son las que tras su elaboración nos ofrecen u n equilibrio perfecto, como ensaladas de legumbres o ensaladas con aliños más contundentes como la César. En esta guía sobre las ensaladas templadas profundizaremos un poco más. Y os proponemos introducir algún elemento con un toque de temperatura y será aquí donde podemos jugar tanto como la imaginación nos permita. Podemos elegir unas gambas salteadas, gulas, verduras salteadas, pollo empanado, etc.
Para incorporar más sabor, podríamos saltear las gambas o gulas con una punta de guindilla. A las verduras en juliana por ejemplo, podríamos incorporar una cucharada de salsa de soja al saltear. Empanar el pollo con pan rallado con más sabor, por ejemplo con hierbas como orégano o perejil picado, incluso un ajo picado, nos dará más toques de sabor y aroma en el pollo. Si queremos más textura, el panko (pan rallado japonés) o machacar unas hojuelas de cereales de maíz, nos darán más juego.
Como siempre, debemos buscar un equilibrio en los ingredientes elegidos, un ligero aporte proteínico nos dará un plato más completo. No necesariamente tenemos que elegir carne o pescado, podemos decantarnos por queso o proteínas vegetales, por ejemplo si elegimos lentejas o judías. Una vez cocidas, las escurrimos y salteamos con cebolla y pimiento en brunoise.
El aliño por supuesto es el colofón, la elección de éste nos asegurará el éxito de la ensalada. Desde luego la vinagreta de siempre es el ideal para no fallar, sal, vinagre y aceite, los incorporamos en este orden a la ensalada para favorecer la correcta incorporación de sabores.
Pero podemos arriesgarnos y dar unos toques distintos. Por ejemplo, si hemos añadido queso fresco o semicurado a la ensalada, una buena elección para la vinagreta sería incorporar un toque dulce, una mermelada de zarzamora, fresa, albaricoque, etc. Sencillamente elaboramos una vinagreta en un bol, aceite, vinagre y aceite, incorporamos una cucharada de mermelada y boom! Tendremos un sabor complementario distinto. Un ingrediente recurrente también son los frutos secos, no solo por encima sino en la vinagreta, pistachos, cacahuetes, anacardos, etc.
O un aliño más cremoso elaborado con yogur, zumo de limón y menta o hierbabuena picada, sal y pimienta, nos dará un toque fresco que admite combinación con cierta temperatura.
Muy importante, cualquier elemento templado que introduzcamos en la ensalada, lo incorporaremos justo antes de servir. De este modo conservará la temperatura y la textura fresca de los otros elementos como la lechuga y el tomate.
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Diplomatura Superior en Cocina, Escuela de Hostelería de Sevilla, 2006. Experto en Nutrición y Dietética Aplicada, Universidad Europea Miguel de Cervantes, 2015. Ha sido Jefe de Cocina en el Restaurante Fussioli Pasta e Birra, 2013 – 2014 y Jefe de Cocina Del Rosario Gourmet, 2007 – 2013. Desde esa fecha ha formado parte del Grupo Lezama y ESAH como coordinadora docente de EstudiaHosteleria.com . Puedes consultar toda nuestra nuestra oferta formativa de cursos y másters en nuestra web.
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