Tendencia: Confort Food

Las crisis económicas, sociales o sanitarias como las que estamos viviendo traen aparejadas grandes dosis de estrés. Lo que significa que las personas buscamos encontrar todo tipo de cosas que nos hagan sentir bien. La comida, obviamente, es una de ellas, pero no cualquier tipo de comida como demuestra el confort food.

Una cocina ligada a las emociones

Al hablar de Confort Food nos referimos a un tipo de alimentación que nos ayuda a sentirnos bien. En este caso hablamos de una tendencia que nos hace retrotraernos a nuestros orígenes. Se trata de platos caseros que se elaboran con productos orgánicos. La premisa es que las personas necesitamos comer no solo para saciar el hambre, sino también para sentirnos bien.

Se trata de un término que tiene su origen en los años 2000 en los EEUU. La crisis del 2008 supuso que las personas buscasen válvulas de escape que les aportasen una sensación placentera. La comida basada en los platos tradicionales fue una de ellas

Todos tenemos algún tipo de plato o de olor que nos hacen retrotraernos a un momento de nuestra infancia en el que nos sentíamos bien. Ese sabor u olor nos ayudarán a revivir la sensación de entonces. Y es que, los aromas se relacionan directamente con las emociones porque van directamente al sistema límbico. Es decir, a la parte más primitiva del cerebro que es la que procesa las emociones y también la memoria.

Esa es la esencia del concepto Confort Food, llevar a las personas de nuevo a disfrutar de la comida tradicional. Buscando esa idea de comunión que se produce al comer en familia o con amigos platos sencillos que nos ayudan a reencontrarnos con el placer de comer.

El confort food se liga a la tradición gastronómica

Se trata pues de un concepto muy alejado de la nueva cocina de vanguardia o de los chefs más destacados. La tendencia confort food apuesta por los platos tradicionales, aquellos que es probable que preparasen nuestras abuelas. Esas recetas que se han ido transmitiendo de boca en boca de una generación a otra. Que se elaboraban con ingredientes de calidad y haciéndose poco a poco, sin ningún tipo de prisa.

Si buscáramos definir el confort food en cuatro palabras, estas serian: tradición, sencillez, emoción y placer.

Cada vez podemos encontrar más establecimientos que se adscriben a esta tendencia. Se trata de restaurantes, hoteles o empresas de catering que incluyen en sus cartas este tipo de platos que nos recuerdan nuestra tradición gastronómica más sencilla y cercana. Hablamos de potajes como el cocido de garbanzos, otros tan sencillos pero a la par tan deliciosos como los huevos fritos con patatas. Las lentejas, las albóndigas caseras, las sopas,  el pollo al ajillo o la tarta de manzana, etc.

La mayoría de los locales que han implementado este concepto cuentan con cocineros que buscan recuperar la tradición culinaria y generar una sensación de satisfacción y de felicidad en sus clientes. Quede claro que el confort food no tiene porqué relacionarse con un tipo de cocina poco saludable, dependerá de nuestras elecciones y de nuestro interés por seguir una dieta equilibrada y saludable.

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