François Vatel: el chef que murió por un pescado que no llegó a tiempo

Que la gastronomía es una cosa seria no lo duda nadie. Pero hay quien lo lleva al extremo. El chef François Vatel se suicidó porque el pescado que tenía que servir no llegó a tiempo.

Es cierto que Vatel no era un chef cualquiera, sino que era considerado el más importante de su época, se le llamaba “El Gran Vatel” y uno de sus méritos fue el de haber creado la crema Chantilly. Tampoco el banquete era uno cualquiera sino uno que tenía como protagonista al Rey Sol, Luis XIV de Francia y al que se había desplazado toda su corte.

François Vatel no era un simple cocinero sino todo un maestro de ceremonias que tras varios avatares del destino acabó trabajando para el príncipe  Luis II de Borbón-Condé, el Gran Condé en su palacio de Chantilly. Este príncipe había caído en desgracia por haber participado en la rebelión de La Fronda contra Luis XIV y estaba al borde de la ruina.

Pero en abril de 1671, vio la oportunidad de arreglar las cosas con el rey que finalmente aceptó su invitación para acudir a su castillo durante tres días. Obviamente, a donde iba el Rey Sol iba también toda su Corte. Así que en un tiempo mínimo, tan solo 15 días,  Vatel se vio obligado a preparar no solo un menú para agasajar tres días con sus noches a todo Versalles (unas 3000 personas). Esto incluía 5 menús diarios que no podían repetirse ningún día.

Pero también tenía que organizar espectáculos y actividades para que no se aburriesen. Se trataba de que su señor recuperase la gracia y el perdón del Rey, así que todo debía de salir a la perfección y no había que reparar en gastos. Desde espectáculos teatrales a fuegos artificiales, recreaciones de batallas navales, etc. Vatel también distribuyó a los invitados en las habitaciones y se encargó de tratar con los proveedores y de coordinar las cocinas.

La presión y el concepto del honor vencieron a Vatel

Podemos decir que el gran chef tenía tanto estrés que prácticamente era una olla a presión a punto de estallar. La primera noche ya surgió un problema ya que el asado no llegó a dos mesas, es decir, a 25 comensales (que a decir verdad habían llegado por sorpresa. Y también fallaron los fuegos artificiales por cuestiones de la meteorología. Vatel se lo tomó muy mal, pero hay que añadir que llevaba noches sin dormir. El príncipe le hizo una visita y consiguió calmarlo.

Pero al día siguiente, a las cuatro de la mañana cuando todos dormían, Vatel se apresuraba para comenzar su jornada. Salió a buscar el pescado que era el protagonista del menú del día, pero para su consternación solo vio llegar una carreta. Esperó un rato y al ver que no llegaba más, se retiró desolado a sus aposentos.

Se cuenta que al poco tiempo, uno de sus ayudantes fue a avisarle de que el resto del pescado había llegado, pero Vatel sintiendo que había fracasado, ya  se había suicidado atravesándose con una espada.

Si queréis visualizar la historia, el director de cine Roland Joffé rodó una película titulada Vatel y protagonizada por Gérard Depardieu.

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