La fruta es uno de los alimentos más saludable de nuestra dieta. Los nutricionistas recomiendan comer unas 5 piezas de fruta al día. No solo nos aportan vitaminas y minerales esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, sino también fibra que favorece el tránsito intestinal.
Lo cierto es que a todos nos gusta que la fruta que consumimos tenga una apariencia agradable. Por eso, cuando está demasiado madura tendemos a desecharla pues su textura ya no nos llama la atención. Es fácil que la vayamos ignorando hasta que llegue un momento que decidimos tirarla a la basura. Sin embargo, debes saber sigue siendo perfectamente comestible. Las frutas climatéricas son aquella que siguen madurando una vez que han sido recolectadas, como ocurre por ejemplo con los plátanos o los tomates.
Sabemos que las frutas están maduras porque notamos cambios físicos que incluyen alteraciones del color. Suelen pasar de tonos más verdes a más anaranjados por la aparición de carotenoides. Además es cuando tiene una mayor concentración de azúcares con lo que están mucho más dulces. También notamos cambios en la textura, estos suelen estar causados por el etileno sustancia que liberan las frutas maduras y lleva a que maduren más rápido las que están cerca.
Los diferentes usos que le puedes dar a la fruta madura.
Lejos de tirarla te aconsejamos que las aproveches para diferentes usos, reduciendo así el desperdicio alimentario. Las frutas maduras, como las fresas, las bayas o los tomates son perfectas para hacer batidos y también gazpachos, ya que se reduce ese punto de acidez en favor de un mayor dulzor que resulta muy agradable. También son perfectas para hacer helados o gelatinas.
Las manzanas cuando maduran suelen adquirir una textura más harinosa, es el momento de usarlas para hacer tartas, bizcochos, compotas, mermeladas o incluso rallarla para añadirla a las ensaladas. Debes saber que la pectina de las manzanas es una de las fibras más saludables para el organismo.
Los plátanos y las bananas son futas que generalmente maduran muy deprisa, su textura suele hacerse demasiado blanda y adquieren un tono marrón que resulta poco apetecible. Sin embargo sigue siendo buena idea utilizarlos para hacer bizcochos, sorbetes, compota o incluso mascarillas para la piel y el cabello.
Con respecto a los cítricos demasiado maduros podemos hacerlos en zumo y también rallar su cáscara para utilizarla como condimento.
Como ves son muchos los usos culinarios que se pueden dar a las frutas demasiado maduras que nos ayudarán a reducir el desperdicio alimentario y a variar nuestra dieta.
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