En España, en los últimos 40 años, el consumo de la cerveza, se consideraba como un refresco. Nuestras costumbres y hábitos de consumo difieren bastante a los de los países del centro y del norte del continente europeo. La imagen del “botellón” inherente a los jóvenes ha perjudicado a la cerveza. Porque se ha considerado que “litrona” y cerveza van de la mano.
En la actualidad podemos decir que las cervezas artesanas tienen muy buena salud, ya que, han pasado a ser un producto con más cuota de mercado y no solo una bebida para saciar la sed.
Ahora existe un catálogo amplio en el comercio, con métodos de elaboración distintos, con nuevos ingredientes, graduaciones de alcohol más elevadas… Esto ha traído consigo, no solo en España, un movimiento internacional inclinado por esta nueva ola. La investigación, el desarrollo y la innovación, han provocado una revolución en esta antiquísima bebida.
Tenemos que pensar que los consumidores actuales han evolucionado respecto a los hábitos tradicionales y demandan productos de actualidad como así ha sucedido en la cocina.
La cocina está ahora considerada como “un movimiento cultural” y se encuentra en continuo auge, se han aligerado las recetas más tradicionales y se han investigado novedosos ingredientes, llegando a la situación actual que está en boca de todos.
El vino y la cerveza, también han evolucionado parejos en los últimos 40 años, pues al fin y al cabo resultan vértices fundamentales de la gastronomía.
En conclusión, si los consumidores incluso los más apegados a la tradición han evolucionado, el hostelero tiene que cambiar de mentalidad del “modus operandi” en cuanto a la adquisición del producto, ya que, sabe que las pequeñas fábricas de cerveza no pueden ofertar las astronómicas sumas de dinero que aportan las grandes firmas industriales, que casi financian algunos locales hosteleros por sus elevadas sumas. Esto último supone una importante lacra para los micro cerveceros artesanos, que no pueden llegar nunca a pagar esos rápeles.
Las mutaciones de la sociedad son paralelas en muchas áreas de consumo y todo evoluciona a una velocidad de vértigo, pero la cerveza artesana, ha llegado para quedarse definitivamente.
Con la aparición y la búsqueda de recetas tradicionales cerveceras, se han recuperado aquellas clásicas, que en nuestro país, se están imponiendo como el estilo IPA, Indian Pale Ale, fórmula originaria de la época de la presencia británica en India, que, ahora está causado furor.
Los nuevos lúpulos, las cervezas con más enjundia, con más alcohol y más tostadas, que antes no gustaban, ahora convencen a los detractores de estos nuevos modelos.
La cerveza artesana ya no es considerada como un refresco, pasa a ser un producto cada vez más gastronómico.
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